Día 1: Llegada por cuenta propia a León, esa noche dormirás en León.
Día 2: León - San Martín del Camino. Tiempo estimado: 6 horas.
Amplias avenidas conducen desde los albergues al Hostal de San Marcos, a orillas del río Bernesga. Otros cinco kilómetros urbanos, incluido un polígono, acercan hasta la Virgen del Camino, a cuya salida se decide si continuar por la variante de Villar de Mazarife o por el Camino Francés más histórico. Este último progresa por el páramo, siempre a la vera de la N-120, y atraviesa Valverde de la Virgen, San Miguel del Camino y Villadangos del Páramo para concluir en San Martín del Camino.
Día 3: San Martín del Camino - Astorga. Tiempo estimado: 6 horas y 15 minutos.
En el mismo ritmo que la jornada anterior, el ritmo machacón que marca el camino paralelo a la N-120, se llega hasta Puente de Órbigo para salvar el afluente del Esla por el mítico puente del Passo Honroso. Ya en Hospital de Órbifo, se puede elegir entre continuar por el monótono andadero o disfrutar de un paisaje agrícola, bañado por infinidad de acequias, que visita Villares de Órbigo y Santibáñez de Valdeiglesias. Ambas opciones se unen en el crucero de Santo Toribio, excelente mirador sobre San Justo de la Vega, la ciudad de Astorga y el monte Teleno.
Día 4: Astorga - Foncebadón. Tiempo estimado: 6 horas y 45 minutos.
Con el punto de mira en los Montes de León, el Camino Francés se interna por la maragatería. Comarca habitada en su día por arrieros y que aún conserva sus recias casas en sillarejo y provistas de portalón, sus danzas al son de la flauta y el tambor y sus guisos pantargruélicos. Los primeros 20 kilómetros atraviesan llanura paramera y algún desnivel casi imperceptible. Desde Rabanal del Camino, arrancarás con fuerza el ascenso de los montes de León, barrera natural entra la comarca maragata y el Bierzo. En este tramo se ascenderán de golpe 280 metros de altitud, una subida, que no será demasiado exigente. El sendero prosigue bajo el tendido eléctrico hasta descender de nuevo hasta el asfalto, que se deberá recorrer durante otros 400 metros para llegar al inhóspito Foncebadón, fin de etapa. Pueblo arruinado y asentando sobre el monte Irago. Resucitado gracias al Camino, cuenta con algunos servicios para los peregrinos.
Día 5: Foncebadón - Ponferrada. Tiempo estimado: 7 horas y 30 minutos.
Esta jornada supondrá llegar a uno de los techos del Camino Francés. La Cruz de Ferro, con toda su simbología, te espera e incita a continuar con esa legendaria costumbre de depositar una piedra en su base para lograr protección durante el itinerario. Tras coronar el monte Irago y admirar el cambio drástico de paisaje, desde las extensas llanuras de la meseta a estos montes de abundante vegetación, se inicia un riguroso, abrupto y empinado descenso, en algunos tramos de vértigo, que se prolonga durante casi 15 kilómetros por la vertiente berciana de los montes de León y que pone a prueba la resistencia muscular. El último tramo de la jornada se hará partir de un falso llano que conduce a los viajeros casi en un paso hasta Ponferrada.
Día 6: Ponferrada - Villafranca del Bierzo. Tiempo estimado: 6 horas y 15 minutos.
Por fin llega una etapa cómoda a través de fabulosas viñas de Mencía y de tranquilas localidades repletas de servicios. Tendrás un paso cómodo por Compostilla, Columbrianos, Fuentes Nuevas, Camponaraya y Cacabelos para luego tornarse, pesado, tras cruzar el río Cúa en dirección a Pieros y Villafranca del Bierzo.
Día 7: Villafranca del Bierzo - O Cebreiro. Tiempo estimado: 8 horas.
En la jornada de hoy el Camino entra en la maravillosa y mágica Galicia por la puerta Grande. O Cebreiro es uno de los sitios que se quedan grabados a fuego en la memoria del peregrino. La ascensión, siempre que se realice de forma relajada no es complicada. El kilometeraje puede resultar algo abultado para los peregrinos que lleguen justos de fuerzas, ya que la escalada se reserva para el final, hacia el kilómetro 21 de la etapa, sobrepasado el barrio de Hospital. O Cebreiro es una antigua aldea de pallozas, localidad digna de un fin de etapa.
Día 8: O Cebreiro - Triacastela. Tiempo estimado: 5 horas y media.
El tramo gallego del Camino Francés comienza en O Cebreiro, entre las sierras de O Courel y Os Ancares. Esta primera etapa se caracteriza por un continuo trazado de subidas y bajadas pronunciadas, que en primer lugar nos llevará al alto de San Roque donde se encuentra la estatua del Peregrino dándonos la bienvenida. Desde aquí, y siempre contemplando un árido paisaje de altas pero suaves cumbres, salpicadas por aldeas abandonadas, que con sus iglesias conforman un típico paisaje de piedra y austero estilo románico; atravesaremos Hospital, O Padornelo y Fonfría, para continuar con un descenso por sendas pedregosas hasta llegar a Fillobal y más tarde a Triacastela.
Día 9: Triacastela - Sarria. Tiempo estimado: 6 horas.
La ruta que hoy empieza ofrece hermosos paisajes y numerosos ejemplos de la arquitectura popular gallega. Se dirige al Monasterio de Samos, uno de los más antiguos de Occidente (s. VI) y de allí, a la localidad de Samos. Antes de alcanzar esta hermosa población atravesaremos Renche, Lastres, Freituxe y San Martiño. Una vez en Samos y tras una visita al monasterio y la capilla del Ciprés; nos dirigimos a Teiguín y Pascais, con la iglesia de Santa Uxía y la casa rectoral. Desde aquí, ya sólo nos queda atravesar Gorolfe, Reiriz y Guiada para adentrarnos en la Villa de Sarria.
Día 10: Sarria – Portomarín. Tiempo estimado: 5 horas y media.
La vigésimo séptima jornada es, para una buena parte de los caminantes, la primera, ya que Sarria se encuentra muy cerca de los míticos y últimos 100 kilómetros, la distancia mínima que hay que recorrer a pie para ganar la Compostela. La etapa no defrauda en absoluto ni al primerizo ni al curtido peregrino. Ofrece incontables aldeas de los concellos de Sarria, Paradela y Portomarín, buenos ejemplos del románico, pistas vecinales asfaltadas, sendas y corredores rurales, puentes medievales y pasarelas rústicas…
Día 11: Portomarín - Palas de Rei. Tiempo estimado: 6 horas y 15 minutos.
La etapa está fraccionada por la sierra de Ligonde, que a su vez divide las cuencas de los ríos Miño y Ulloa y los concellos de Portomarín y Monterroso. Aunque el comienzo es prometedor y obsequia con un apacible ascenso por el monte San Antonio, el resto se embriaga junto a carreteras modestas, provinciales e incluso nacionales. Sin embargo amenizan el viaje buenos ejemplos de iglesias románicas, incluida la posibilidad de desviarse hasta Vilar de Donas para visitar la de San Salvador, antiguos hospitales de peregrinos y el valioso crucero de Lameiros.
Día 12: Palas de Rei – Arzúa. Tiempo estimado: 7 horas y media.
El Camino Francés abandona Palas de Rei por el Campo dos Romeiros, tradicional lugar de encuentro de peregrinos, para entrar en la aldea medieval de Leboreiro. Entre Leboreiro y Melide, cruza la aldea de Furelos y su río a través de un puente medieval para entrar en la zona urbana de Melide. Desde este punto, el Camino pasa por Boente y Castañeda para llegar luego a Arzúa, villa quesera. El Camino se presenta en esta etapa dócil y en muy buen estado, mezclando tierra y piedra con pequeñas carreteritas entre pueblos, con suaves ascensiones y descensos, alternando con tramos llanos.
Día 13: Arzúa – Pedrouzo | O Pino. Tiempo estimado: 4 horas y 40 minutos.
Entre Arzúa y la catedral de Santiago median casi 40 kilómetros y lo más lógico y prudente es dividir el tramo en dos jornadas haciendo parada y fonda en Santa Irene u O Pedrouzo. El Concello de Arzúa cede el testigo al de O Pino en un trayecto cómodo, con pendientes más fáciles y por pistas siempre cercanas a la N-547.
Día 14: Pedrouzo | O Pino– Santiago de Compostela. Tiempo estimado: 5 horas y media.
Ya casi estás llegando a tu meta. Sobre pistas de hojarasca, entre las últimas manchas de bosques de pinos y eucaliptos, muy juntos y simétricos, en algunas zonas, también algunos robles, llegan las últimas aldeas. La etapa de hoy llevará en primer lugar hasta el municipio de Lavacolla. Al llegar a la cima, se pasa al lado del aeropuerto y comienza el suave descenso hacia Lavacolla. Por Lavacolla pasa un riachuelo que los antiguos peregrinos utilizaban para lavarse y purificarse antes de llegar a Santiago de Compostela. Lavacolla, ya en el término de Santiago, se encuentra muy cerca del Monte do Gozo, una pequeña elevación desde la cual los peregrinos tienen por vez primera la visión de la catedral de Santiago. El Monte do Gozo, reconvertido en el Xacobeo 93 en una zona para peregrinos, tiene un gran monumento en su cima, fuente y la capilla de San Marcos. Desde aquí, el recorrido es prácticamente urbano, llegando a la Catedral a través del barrio de San Lázaro, Rúa de San Pedro, Porta do Camiño, Rúa das Casas Reais y Praza de Cervantes, para bajar ya directamente a la catedral y acceder por la Puerta Santa o, si no es Año Santo, por la de Azabachería.
Día 15: Check Out y fin de nuestros servicios.